Libro: El cuento de la criada - Margaret Atwood

El cuento de la criada, una de las novelas más célebres y prestigiosas de Margaret Atwood, constituye una mirada futurista a una sociedad totalitaria. Una mirada terrible y lúcida que denuncia la barbarie que pueden llegar a alcanzar los puritanismos extremos de toda índole y las ansias de dominio sobre los seres humanos privados del ejercicio del derecho a la libertad.

En el estado de Gilead, donde tras una hecatombe nuclear la población ha visto disminuida su capacidad de reproducción, las Criadas desempeñan una funcion esencial: concebir y dar a luz a futuros ciudadanos.

¡Hola! Hoy me dispongo a reseñar una obra esencial del género distópico. En la república de Gilead tenemos a una Criada que nos va contando su presente, y al mismo tiempo su historia pasada, introducida en flashbacks que amenizan su rutina. 

Las criadas son las mujeres fértiles encargadas de ser fecundadas por los hombres de la clase dirigente. No voy a contar mucho más de la sociedad en la que se desarrolla la novela, porque para mí lo genial del libro es ir descubriendo cada detalle y cada aspecto por ti mismo, es lo que hace al libro interesante. Descubres el presente mediante el día a día de Offred (en mi edición lo traducen a Defred, pero creo que es más simbólico el nombre original, que significa ofrecida, y acentúa más la simbología del personaje), y mediante los flashbacks descubres como se llega a la situación actual.

La sociedad que se nos describe ha dado una vuelta a los valores puritanos, creando una jerarquía muy sui generis. El libro tiene un aire de melancolía y desesperanza, que viene del estado de ánimo de la narradora, que no es otra que el personaje protagonista. Al ser un relato subjetivo, da sensación de fragmentación, además de que nos da un punto de vista muy parcial de la situación. Se juega con el viejo truco del manuscrito encontrado, lo cual te deja al final con la sensación de un libro misterioso y mítico.

El libro es atrayente, misterioso,... y todo ello se acentúa mediante una simbología muy concreta y poderosa: Cada clase de personajes se tiene que  vestir de un color, y la vestimenta de las criadas, como la protagonista, es muy visual, de color rojo, hay rituales y actos públicos para mantener el orden del régimen, cada persona tiene una función muy determinada, ... las descripciones de las rutinas y los actos son muy curiosas, y todo te deja un regusto estético muy propio de los regímenes totalitarios.

Por todo ello, me ha enganchado. Leía más y más esperando saber más de la situación actual, y de como habían llegado a ella, aunque nunca lo sabes todo totalmente, el libro no decepciona, mantiene el interés, combinando los recuerdos y las reflexiones con la acción en el presente.Y el final, aunque abierto, le ha gustado a mi corazoncito de historiadora. Pero eso no es lo importante, sino el ambiente opresivo que se respira desde el principio, la tristeza que se transmite, y las duras condiciones que vas descubriendo poco a poco. Cuando ya crees que nada más en la nueva sociedad va a sorprenderte, pasa algo que lo hace, y que le da a toda la historia un cariz todavía más crudo y más cruel. 

Narrativamente, posee una gran belleza en algunos momentos, combinados con otros que tienen más efectividad dramática. Introduce temas muy interesantes, como el feminismo, la jerarquía, la contraposición de los valores de la sociedad moderna frente a los valores puritanos, y la política, el hecho de que, aunque parezca que no podríamos llegar nunca a esa situación, la sensación que queda es la de que puede pasar sin que la población se llegue a dar realmente cuenta hasta el momento decisivo.

 En conclusión, creo que se nota que me ha encantado, una obra capital en el género distópico, y muy importante en la literatura del siglo XX, ya que fue publicada en los años ochenta, y ha tenido gran influencia posterior. Tiene una adaptación cinematográfica, pero el libro me ha gustado tanto que no se si verla.

Una obra de arte para este libro

THE ENTIRE CITY - GEORGE UNDERWOOD
En este caso, muchas de las obras del pintor George Underwood me recordaban al libro. Me parece increíble como la pintura de un solo artista me puede recordar tanto a una novela. He escogido esta obra porque me recuerda a un momento en concreto del libro, pero todas las pinturas de la entrada son obras suyas.